Emergencia de Filipinas

Filipinas

Fra Renee

CONTEXTO

El 16 de diciembre de 2021, el supertifón Rai/Odette azotó Filipinas, causando destrucción y ruina en varias zonas del país durante varios días. Sus vientos, que superaban los 240 kilómetros por hora, arrasaron pueblos enteros, provocando más de 400 muertos y un centenar de desaparecidos.

Los habitantes de las seis regiones afectadas por el paso del tifón se ven ahora obligados a empezar de cero, sujetos a la más completa vulnerabilidad. Miles de personas, de todas las edades y sexos, viven a diario la incertidumbre de las necesidades humanas más inmediatas: cobijo, higiene, alimentación.

LA PRESENCIA FRANCISCANA

Desde 1577, año de su llegada al archipiélago, los frailes han dado vida a una ferviente actividad hacia la población filipina. El espíritu misionero se caracterizó por el marcado compromiso social que acompañaba al espiritual. A lo largo de los siglos, los frailes han creado cuatro hospitales, una colonia de leprosos y varias escuelas. Todo ello sin descuidar evidentemente la actividad pastoral, realizada a través de la animación de numerosas parroquias en todo el país.

Hoy los Hermanos Menores presentes en Filipinas están coordinados por la Provincia de San Pedro Bautista y la Custodia de San Antonio de Padua. Después de más de cuatro siglos, los frailes continúan su servicio a todas las personas necesitadas de ayuda.

EL PROYECTO

Los frailes de la Custodia de San Antonio de Padua, ubicada en las zonas más afectadas por el cataclismo, se movilizaron de inmediato para proveer los bienes primarios necesarios para atender las necesidades más inmediatas de los sobrevivientes. La Custodia de San Antonio de Padua pudo llevar a cabo las primeras operaciones de socorro para 100 familias en la ciudad de Cebu que viven cerca de la Comunidad Franciscana de Retiros y para otras 60 familias en la ciudad de Lapu. Además, en enero se ayudó a 152 familias en la ciudad de Guihulngan.

Hoy fra Renee pide a los donantes que apoyen necesidades extraordinarias a mediano y largo plazo: reconstruir las escuelas y conventos actualmente reducidos a un montón de escombros. Y así dar esperanza en el futuro a miles de hombres, mujeres y niños.

El programa de los frailes de la Custodia de San Antonio de Padua requiere $ 350.000. Esta suma se utilizará para reconstruir el techo derrumbado de la Parroquia de San Vicente Ferrer en Cebú y reparar y asegurar los conventos y escuelas dañados por el tifón. Un proyecto a medio-largo plazo para reconstruir la comunidad, reuniendo a los sobrevivientes para ayudarlos a encontrar la esperanza.

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